Paula Comitre

Nacida en Sevilla en 1994, comienza sus estudios de danza a los tres años y a los 8 años accede al conservatorio profesional de danza de Sevilla Antonio Ruiz Soler. En 2012 obtiene el título en la especialidad de Baile Flamenco. En ese mismo año pasa a formar parte del Centro Andaluz de Danza (CAD).

En 2013 comienza a formar parte durante tres años del cuerpo de baile del Ballet Flamenco de Andalucía, bajo la dirección de Rafaela Carrasco, con el que realiza giras nacionales e internacionales con los espectáculos “En la memoria del cante”, “Imágenes” (obra galardonada con El Giraldillo al mejor espectáculo por la XVIII Bienal de Flamenco de Sevilla) y “Tierra-Lorca Cancionero Popular” (que recibe el Giraldillo al mejor cuerpo de baile por la XVIX Bienal de Flamenco de Sevilla).

En mayo de 2015 recibe el segundo premio del XVI Concurso Andaluz de Jóvenes Flamencos organizado por la Federación Provincial de Sevilla de Entidades Flamencas.

Es al año siguiente cuando recibe el segundo premio y el premio mención del público en el V Concurso de Baile Flamenco del Tablao Villarosa.

Ha trabajado en diferentes tablaos como Casa Patas y Corral de la Pacheca hasta que en 2017 ingresa en el Tablao Flamenco Los Gallos de Sevilla.

En 2018 gana el segundo premio del concurso de baile flamenco del Tablao Las Carboneras de Madrid.

Actualmente forma parte de la Compañía de David Coria donde realizan el espectáculo “El encuentro” y de la compañía de Rafaela Carrasco donde realiza el espectáculo “Nacida sombra”.

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Entrevista Paula Comitre

 

«Para mí bailar en un tablao creo que es uno de los retos más difíciles»

 

«En primer lugar, creo que lo más interesante de mi etapa de formación, lo que más me marcó, fue cuando yo acabé la carrera del conservatorio, que hice un audición y fui seleccionada para entrar en el Centro Andaluz de Danza de Sevilla. Era como un centro de alto rendimiento donde escogían cada año a unas 12 personas de toda Andalucía, y ahí fue donde yo entré en contacto con grandes profesores que estaban en activo. Ahí fue donde aprendí la escuela sevillana de la bata de cola, por ejemplo. Fue un añito nada más, pero muy intenso, era todas las mañanas. Ahí fue donde yo empecé a encontrar las sensaciones, ese año me marcó muchísimo.

»De la etapa profesional destaco el principio. En el Centro Andaluz de Danza nos becaron a cuatro personas para asistir como oyentes al Ballet Flamenco de Andalucía, cuya dirección la acababa de asumir Rafaela Carrrasco. Entonces, cuatro alumnas del Centro Andaluz de Danza fuimos becadas para asistir a todo el proceso de montaje de un espectáculo. Nos aprendimos todo el espectáculo y, justo un mes antes o así del estreno, Rafaela nos dijo que había pensado quedarse con dos de nosotras para formar parte del elenco de la compañía. Estuvimos un tiempo como de prueba, nos iba probando a unas y a otras en las coreografías y muy poquito antes de estrenar me dijo que quería contar conmigo para formar parte del elenco del ballet. Fui contratada y primero estuve un año como en prácticas. Estuve desde el principio, hicimos el estreno y esa fue la primera compañía en la que trabajé. Estuve tres años con Rafaela e hicimos tres espectáculos distintos. La verdad es que esa etapa me marcó muchísimo y, para mí, donde más he aprendido es ahí. Bueno, empezar en los tablaos ha sido también muy importante, pero quiero destacar ese principio que para mí fue una sorpresa y una ilusión increíble.

»Por último, para mí bailar en un tablao creo que es uno de los retos más difíciles, y me encuentro en ese proceso. Considero que para bailar en un tablao hay que estar muy preparado en todos los ámbitos, tanto técnicamente como también en los reflejos y en el conocimiento del cante, de la guitarra, de la energía, de los compañeros. Entonces, para mí es uno de los retos más difíciles y me siento muy feliz de poder estar aprendiendo y recorriendo diferentes tablaos porque también creo que en cada lugar se respira una energía distinta y me encanta poder enriquecerme de todo eso».