Yerai Cortés

Yerai Cortés nace en tierras Alicantinas, crece en una familia humilde que vive el flamenco de una manera casera. Con el apoyo de su madre y la enseñanza de su padre quien le puso la musica en sus manos, ha sido capaz de tocar mundialmente en importantísimos teatros y compartir escenario con artistas como Rancapino, Farruquito, Richard Bona, El Guadiana, Jorge pardo, Pitingo, entre otros.

 

Entrevista Yerai Cortés

 

“Para mí el tablao significa un juego, una jam session”

 

«Yo nací y me crié en Alicante aunque mi familia es de Andalucía y empecé a tocar porque mi padre toca la guitarra y él fue el que me enseñó. Empecé tocando el cajón para acompañarle a él y él me subía al escenario cuando yo era chiquitillo en los fines de fiesta de los tablaos en los que él trabaja en Alicante. Me quedaba frito y me despertaban para el fin de fiesta y subía a tocar el cajón. Hasta que empecé a coger la guitarra con diez u once años. La verdad es que la cogí tarde, pero ese fue el momento. A partir de ahí cogí la guitarra y empecé a estudiarla con mi padre y de una manera autodidacta. Bueno, antes conocí a Norman [Contreras] en unas clases de cajón a las que me apuntó mi madre en un centro social. El profesor era Norman, el que ahora es mi padrino. Cogimos mucha confianza y conexión y lo llevé a la casa. Total, que se hicieron compadres mi padre, mi madre y él. Hasta que él me bautizó, es mi padrino real de bautismo. Después de eso, mi padre me pone la guitarra en la mano. Mi padrino abrió un tablao y fue el primer lugar donde yo empecé a tocar la guitarra. Mi padre fue mi influencia en la guitarra en sí, pero mi padrino lo fue en el baile. Es el que hizo que yo tuviera tanta afición por el baile hasta el día de hoy.

»A partir de ahí empecé a trabajar profesionalmente en el tablao con 14 años, cuando empecé a llevar la casa. Hasta que llegué a Madrid y dejé la guitarra flamenca para trabajar en un bar de la Plaza Mayor cortando limones y llevando una mini programación de conciertillos de fines de semana para los que llamaba para tocar a los cuatro que yo conocía. Era un concepto más popero, más temita o moderno, por así decirlo. Me tiré un tiempo trabajando con Sandra Carrasco, que la conocí en esa época porque era amiga de Tania, de mi chica. Me vine a Madrid por mi chica, por amor. Sandra me dio la oportunidad de trabajar en Madrid con ella e hicimos también una gira con Richard Bona. A raíz de ahí iba algunas veces al Tablao de Las Carboneras porque Tacha es de ahí, de Elche, y la conocía porque ella había ido alguna vez al tablao de mi padrino porque ellos se conocen. Fui a verla un par de veces al tablao y salí borracho de allí, ella siempre me lo recuerda. Se reía mucho porque me lo pasé muy bien y me encantó. Me hacía mucha ilusión poder trabajar allí, hasta que un día ella me dio la oportunidad de trabajar en el tablao. Fue el primer tablao en el que empecé a currar en Madrid. A raíz de ahí la verdad es que ha ido todo súper fluido porque empezaron a llamarme de un tablao, de otro, luego los propios bailaores que hacían sus proyectos en solitario… En fin, muy bien, la verdad es que muy contento.

»Uno de los trabajos que más destaco en lo que llevo de carrera es el haber podido trabajar con Richard Bona, que es un peso pesado y un pedazo de músico al que admiro muchísimo. Y actualmente trabajo con Farruquito, que lo conozco prácticamente desde que tengo uso de razón, aunque no personalmente sino artísticamente. He aprendido mucho de él y a día de hoy trabajo con él y para mí es un sueño. Gracias, Madrid.

»Para mí el tablao significa un juego, una jam session, es tener la libertad de poder tocar lo que te nazca en el momento y poder compartir con compañeros. Vamos, que es un juego, lo resumiría en eso. Un juego que a la vez es un entrenamiento que te mantiene siempre en forma, la intuición se te desarrolla e incluso es una forma de encontrarte a ti mismo porque vas probando cosas nuevas o te vas poniendo a prueba con según qué bailaor o cantaor. Como cada uno canta y baila a su manera y son todos muy personales pues te pones a prueba para seguirles y entenderles en el último momento. En fin, que es un juego. Es una Play Station, no sé como explicarlo».