Irene La Sentío
Se acerca al baile de la mano de Juan de los Reyes y Juana Amaya para seguir a continuación formándose con los grandes: Antonio Canales, la Familia Farruco , Fuensanta La Moneta, Adela Campallo… y gracias a su tesón, su fuerza y su capacidad natural para transmitir emociones consigue ganarse pronto el apelativo de La Sentío con el que la bautizó La Farruca.
A partir de ahí, inicia su trayectoria profesional en las peñas flamencas de la capital andaluza y logra convertirse en finalista del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión en 2008.
Con La Farruca y Farruquito como padrinos artísticos, Irene participa en espectáculos de gran proyección con los que pisa festivales como la Bienal de Flamenco de Sevilla -donde actúa por primera vez en 2010 con “Sonerías”- y los mejores teatros de España y Latinoamérica gracias a propuestas como“Baile flamenco” .
Más tarde, La Sentío estrena su espectáculo “De mi faldiquera” y empieza hasta hoy una imparable carrera internacional realizando giras junto a bailaores como Farruco, Óscar de los Reyes, Sergio Aranda o Jairo Barrull, y formando parte de la programación de los principales festivales flamencos mundiales como el de Mont de Marsan, el Festival Flamenco de Roma, La Bienal de Arte Flamenco de Málaga o el Festival Flamenco de Ibiza.
Con el afán de impregnarse de nuevos aires, colabora también en proyectos más aperturistas junto a Tito Losada, la Orquesta Chekara de Tetuán, Jaco Abel, con un homenaje a Camarón, o la pianista Miriam Méndez, con el espectáculo “Flalmenco Seduction”. Y compagina su carrera artística con la de docente impartiendo cursillos tanto en España como en el extranjero (Grecia, Italia, Francia, Nueva York o Canadá).
Además, La Sentío es bailaora habitual de los mejores tablaos de Sevilla (El Arenal, Museo del Baile Flamenco, Casa de la Memoria), Barcelona Tablao Cordobés , Tablao de Carmen y Los Tarantos) y Madrid (Tablao Las Carboneras, Tablao Villa Rosa, Casa Patas, Cardamomo).
“En el tablao se entra en contacto con la verdad de cada uno”,
«A nivel de formación, destacaría los primeros años en que llegué a Sevilla y empecé a estudiar flamenco con Juan de los Reyes y Juana Amaya y, sobre todo, después, con la Familia Farruco que son los que han marcado mis inicios y, especialmente, La Farruca , que ha sido mi maestra. Después he recibido formación de grandes profesionales y, hasta el día de hoy, con todos los compañeros con los que sigo estudiando no solo en las clases sino en el trabajo diario del tablao, donde soy consciente de que se aprende mucho.»
Destacaría el haber formado parte de la compañía de Farruquito , que para mí fue un antes y un después, sobre todo a nivel de experiencia grande, de actuar en un teatro, en compañía y con tan buenos artistas como los que trabajan con él. Además, con la compañía de Farruco, el hermano, estuvimos en Colombia y en Turquía con un espectáculo llamado “Flamenconcierto”.
»Aparte de todo eso, el tablao a mí me encanta, hay que pasar por el tablao para aprender de verdad lo que es bailar, porque no es lo mismo bailar en una compañía donde las cosas están montadas al tablao, donde se llega y nadie sabe lo que va a pasar. Yo lo comparo un poco con un templo, un santuario donde puede darse una experiencia mística debido a la improvisación, ocurren cosas inesperadas que es con lo que realmente se aprende, a menos en mi caso yo he aprendido a bailar en el tablao, aparte de todo lo demás. En el tablao se entra en contacto con la verdad de cada uno.
Le tengo muchísimo respeto por ese factor de improvisación y magia que surge y, en particular en Las Carboneras , a mí me encanta trabajar allí porque se respira exactamente esto de lo que estoy hablando: ese factor de improvisación, magia y estar pendiente de los compañeros. Y sobre todo lo que me impone es la sabiduría del Tío Ángel, de Tacha, de Ana, son personas que saben mucho y llevan mucha trayectoria en el flamenco. Esto a mi me impone desde el aprecio y el respeto y, a la vez, me motiva porque sé que es un sitio donde se disfruta por todos los buenos artistas que hay y el buen ambiente y buen rollo que hay siempre».