Pedro Córdoba

Pedro Córdoba

Pedro Córdoba

Nace en Sabadell (Barcelona) donde se forma en ballet clásico, escuela bolera, danza española y contemporánea en la escuela de Pastora Martos. Luego se titula por el Institut del Teatre en la modalidad de danza española, a la vez que toma clases de flamenco con La Tani, Manuel Núñez, Antonio Canales, Javier Latorre, entre otros.

Trabaja con Enrique Morente en las representaciones del disco “Omega” con coreografía de Javier Latorre. Más tarde se traslada a Sevilla donde trabaja en la Compañía Andaluza de Danza, dirigida por José Antonio, donde interpreta papeles de solista. Trabaja cuatro años en la compañía de Eva La Yerbabuena, en espectáculos como “Eva”, “5 Mujeres 5”, etc. A la vez, en compañías como la de Javier Barón (“Hombre de hierro, hombre de bronce”, “Pájaro negro”…); Joaquín Grilo (“Jácara”, “De noche”…); Javier Latorre (“Cosas de payos”, “Ambivalencia”, “Triana”…). Forma parte de la compañía Somorrostro de Barcelona como primer bailarín (“Somorrostro”, “Inconexus XXI”), a la vez que realiza actuaciones en los conciertos de Chicuelo, Miguel Poveda, Duquende.

Ha trabajado en dos ocasiones en el ciclo de Jóvenes Flamencos de la Bienal de Sevilla, así como en el Corral del Carbón de Granada.

Trabaja en los tablaos mas prestigiosos de España, como Los Gallos, El Cordobés, Los Tarantos, El Carmen, Las Carboneras, Casa Patas, Corral de la Morería.

Baila y coreografía el espectáculo “Contraste” junto a Juan Ogalla y Daniel Navarro, con quien trabaja como solista en su compañía. Trabaja con Vicente Amigo como bailaor solista en los conciertos de los discos “Un momento en el sonido” y “Paseo de Gracia”. Participa coreografiando para Ana Morales en “Reciclarte” y en “Acuérdate cuando entonces“, de Guadalupe Torres. Trabaja durante cuatro años en la compañía de Rafaela Carrasco en los espectáculos “Vamos al tiroteo” y “Con la música a otra parte”.

Trabaja con Diego del Morao y Antonio Rey en sus conciertos como bailaor solista.

Junto a Antonio Rey monta el espectáculo “Pallápaká” para el festival Flamenco Madrid.

Monta su propio espectáculo “Del 2mil y pico” con su propia compañía para el Original Flamenco Festival de Madrid, que actualmente representa por diversos festivales internacionales como el festival internacional de Ankara, Flamenco Madrid, Festival de Jerez, Festival de Albuquerque, etc. A la vez, realiza actuaciones en solitario y trabajan en diversos tablaos de toda España.

«Pese a haberme formado y haber crecido en varias compañías de flamenco y danza española, para mí el mejor sitio para ver el baile flamenco es en el tablao. Ahí es donde se ve al verdadero artista. Por supuesto que en un teatro se ve a los artistas, su capacidad de contar algo bailando con la ayuda de las luces, la coreografía, la escenografía, etc, pero para mí, si hablamos de baile flamenco, donde se ve realmente es en el tablao, sin ensayos, sin el bailaor saber qué le tocarán los músicos, improvisando, jugando con tu material y estableciendo un diálogo con el resto de artistas que están junto a tí en el escenario, y con el público. En el tablao estamos desnudos, por decirlo de alguna forma,  no te puedes tapar detrás de una coreografía bonita, ahí tienes que sacar la verdad de lo que sabes hacer y para mí ahí está el verdadero baile flamenco».

Entrevista a Pedro Córdoba

 

«El  tablao es la verdad del flamenco»

 

«De mi formación, destacar que, como yo vivía en Barcelona y en aquella época no había mucho flamenco en Barcelona, me obligaron bastante a hacer contemporáneo, clásico, escuela bolera, que yo lo odiaba, y hoy en día estoy súper agradecido a todo ese tipo de danzas que estudié y que no tenían que ver con el flamenco pero hoy en día me sirven muchísimo para conocer mi cuerpo, para tener mucho control sobre el cuerpo, aunque era algo que no me gustaba nada pero hoy en día agradezco un montón el tener ese conocimiento.

»Como anécdota, el primer día que fui a hacer ballet me dijeron que tenía que ponerme suspensores y yo no quería, por supuesto. Y el segundo día, cuando fui a la clase de ballet, me puse los suspensores porque me obligaban pero, como no tenía ni idea, pues me los puse por encima de las mallas, a lo Superman, jaja.

»Sobre mi carrera, la verdad es que no tengo ningún momento que destaque sobre los demás. Lo único que me he estado dando cuenta todo este tiempo es que, sin pensarlo, me he ido encontrando con gente compartiendo escenario que yo admiraba de pequeño y, sin darte cuenta, acabas compartiendo escenario con ellos y haciéndote amigo de muchos de ellos. Es una de las grandes satisfacciones que te llevas dentro bailando flamenco. Ha sido un gustazo, son regalos que te ha dado la vida.

»Y para mí, bailar en el tablao pues es la verdad, la verdad del flamenco. Ahí es donde se te ve el plumero, ahí es donde se ve si controlas, si sabes o no. Tú puedes hacer un espectáculo muy bonito y con una luz perfecta para en ese momento crear un clima o puedes ensayar veinte días con los músicos, pero donde se ve la verdad es en el tablao. A mí me gustaría ver a muchos de los artista de renombre hoy en día es en el tablao, ahí no hay trampa ni hay nada. Ahí hay cante, guitarra y tú bailando, y que sea lo que Dios quiera».